La
cara de Justin se quedó blanca como la nieve, pude ver el fuego de la ira en
sus pupilas ahora dilatadas. Me había dado cuenta de que él esperaba que esos
tipos fueran de ese Parker o que fuesen nuevos en el negocio, cualquier cosa
menos ese tal Miguel Trevor. La curiosidad estaba empezando a quemarme por
dentro quería saber quiénes eran, qué querían y qué pasó, por el aspecto de
Justin sabía que no había sido nada bueno aunque en realidad en el mundo de
Thomas Moore no solían pasar cosas buenas, solo desgracias y dolor.
Escuché
el ruido de unos neumáticos chirriar en la carretera, al principio pensé que
seríamos nosotros, que Ryan había acelerado tanto que había acabado derrapando
en alguna curva pero cuando Justin se giró y miró detrás de nosotros supe que
eran ellos de nuevo. Cerré los ojos con fuerza, solo quería imaginar un lugar
mejor, en el que Justin y yo disfrutábamos de nuestro amor sin preocuparnos de
que mi padre lo quisiese matar, sin que cada dos por tres intentaran llegar a
cualquiera de nosotros o que incluso Justin no se tuviese que preocupar de
acompañar a la basura de mi padre a hacer un negocio.
Sentí
el acelerón que dio Ryan, ahora esto se había convertido en una persecución en
la que alguien más podría salir herido, cualquier conductor o peatón que pasara
por allí. Quise incorporarme en el asiento para poder abrocharme el cinturón
pero sentí un pinchazo de dolor en mi muñeca, la misma en la que Dan me había
hecho daño aquel día horroroso, la diferencia de aquel dolor con este es que
ahora sentía miles de pinchazos atravesarme la muñeca. No quería hacer ningún
ruido y actuar normal para no preocupar más a Justin pero cuando nuevamente
intenté apoyarla para incorporarme el dolor se intensificó e involuntariamente
grité de dolor, no era un grito demasiado alto pero lo justo para que Justin y
Ryan me escuchasen en el silencioso coche.
Justin
se giró asustado para mirarme.
-¿Qué
te pasa? ¿Qué va mal ____________?-Justin me miraba preocupado y asustado.-
Quería
decirle que no pasaba nada pero si abría la boca volvería a gritar así que
negué con la cabeza. Justin no se lo creyó, ya que mi cara decía todo lo
contrario. Se puso de pie y saltó de su asiento a la parte trasera donde yo
estaba.
-¿Qué…haces?
¿Estás loco? No puedes pasarte atrás cuando vamos a esta velocidad, ¿qué tal si
nos estrellamos?-Por un momento la preocupación por Justin sustituyó al dolor
pero en cuanto me callé volví a sentir los pinchazos y no pude evitar soltar un
gemido.-
-No
me eches la bronca __________, ahora no. ¿Qué te pasa? Y ni se te ocurra
decirme que nada y que estás bien.
Respiré
hondo, intentando tranquilizarme y apartar un momento el dolor.
-Cuando
caí en la escalera mis rodillas y los brazos evitaron que me diera un buen
golpe en la cabeza, ahora mi muñeca está sufriendo las consecuencias.
Justin
agarró con suavidad mi brazo, cuando lo levantó para echarle un vistazo me fijé
en que la muñeca se me había hinchado. Justin la acercó a su boca y le dio un
pequeño beso.
-Ryan
despístalos y llévanos al hospital.-La voz de Justin era dura.-
Nuestro
coche volvió a acelerar pero esta vez no se escuchó el ruido del motor solo se
escucharon disparos. Todo pasó a cámara lenta, Justin me tumbó en los asientos
traseros protegiéndome con su cuerpo. Podía escuchar cómo le gritaba a Ryan
pero no podía concentrarme en lo que decían solo podía estar concentrada en
controlar el miedo, no dejarle hacerse cargo de mí, no podía dejar que me
atrapase. Tampoco podía evitar pensar que esto era una locura surrealista ¿a
quién le pasa estas cosas? Seguramente el 90% de las personas en la tierra
tenían vidas normales.
Justin
me zarandeó para llamar mi atención, había estado tan concentrada en calmarme
que no me había dado cuenta de que me estaba hablando. Pasó sus manos por mi
cara asegurándose de que estaba bien.
-¡_____________,
dime que estás bien! ¡Por Dios respóndeme y dime que no te han dado!-Justin
dejó un suave beso en mi frente.-
-Es-estoy
bien.-Pero la verdad es que ni yo misma lo sabía, no sentía dolor en ninguna
otra parte que no fuese la muñeca pero ya no tenía nada seguro.-
Me
incorporé y me pasé las manos por todo el cuerpo para estar cien por cien
segura de que estaba perfecta. Miré directamente a los ojos de Justin y asentí
con más seguridad pero hubo algo en la cara de Justin que me decía que algo no
estaba bien.
-¡¿Qué
pasa?!-Justin no me respondía solo se mordía el labio inferior y apretaba su
hombro. Me fijé un poco más y pude ver la sangre manchando su camiseta.-
Sentí
mi corazón bombear con fuerza y solo podía repetir en mi cabeza una y otra vez
que Justin estaba herido. Me incorporé y empujé a Justin para que se tumbara
mientras ahora yo lo protegía con mi cuerpo y presionaba su herida con mis
manos.
-¡Ryan
tienes que dejarlos atrás, tenemos que llevar a Justin a un médico!-Ryan nos
miró por el espejo retrovisor y vi reflejada la preocupación en su mirada.-
-Pero…tu
muñeca…-A Justin le costaba hablar por el dolor, era un idiota si pensaba que
mi maldita muñeca era más importante que el hecho de que hubiera recibido un
tiro.-
-Justin
no digas estupideces. Te tienen que ver la herida y curarte.
Mis
manos se estaban empapando de la sangre de Justin y yo estaba a punto de
desmayarme, Justin se veía cansando pero no podía dejar que se durmiese.
-¡Justin
no cierres los ojos!-Agarré su cara con mi mano libre.-Mírame cariño, no dejes que tus ojos se cierren. ¿Puedes
hacerlo por mí?
Justin
asintió a pesar del dolor que sabía que sentía. Ryan se volvió para mirarnos y
bajó la velocidad del coche. Me incorporé un poco para fijarme en los coches
detrás nuestra y ninguno era el de esos tipos, algo que me dejó más tranquila a
pesar de todo el dolor que estaba sintiendo por ver a Justin herido.
El
coche paró de golpe y me di cuenta de que ya habíamos llegado al hospital. Ryan
salió corriendo del coche y juntos sacamos a Justin mientras yo seguía
taponando su herida. En cuanto las enfermeras nos vieron corrieron hacia
nosotros y tumbaron a Justin en una camilla. Llamaron a un doctor para meterle
en quirófano y así poder sacar la bala de su hombro. Una enfermera me intentó
tranquilizar repitiéndome una y otra vez que no se veía una herida grave, que
había perdido mucha sangre pero que con una transfusión a tiempo no había de
que preocuparse.
-Te
vas a poner bien eres fuerte y sé que vas a estar bien.-Le di un corto beso en
los labios a Justin.-Te Quiero.
En
cuanto se lo llevaron al quirófano no pude evitar ponerme a llorar, ya se me
había olvidado el dolor en la muñeca y todo, solo importaba que Justin saliese
de esta. Ryan me abrazó sin decirme nada, seguramente él estaba igual de
preocupado que yo o posiblemente más, eran mejores amigos desde hacía mucho
tiempo y tenía que estar sufriendo mucho al ver al que era como su hermano en
una camilla y lleno de sangre.
Cuando
los dos conseguimos darnos algo de consuelo me llevó a unos servicios para que
me lavara la sangre de las manos. De nuevo me puse a llorar cuando me miré en
el espejo, mis manos estaban llenas de la sangre de Justin al igual que mi
camiseta, tenía los ojos rojos y unos pelos de loca. Me arreglé un poco como
pude, logré hacer desaparecer la sangre de mis manos pero la que manchaba mi
camiseta no se iba por mucho que frotase.
-___________
tenemos que hablar urgentemente.-Ryan dio unos golpecitos en la puerta para
llamar mi atención.-
Salí
de allí arrastrando los pies, y nada más salir me volví a tirar en los brazos
de Ryan. Después de un abrazo de diez segundos Ryan me apartó con cuidado, al
parecer lo que tenía que contarme era muy urgente y por unos momentos yo me
asusté.
-Primero,
tu padre estará aquí en media hora y no te puede ver tan hecha polvo o
sospechará algo y no conviene que se entere de lo vuestro si queremos a un
Justin vivo.-Asentí muy despacio, esa parte la entendía pero había algo que me
preocupaba.-
-Yo
me quiero quedar aquí hasta que él vuelva a casa.-Ryan iba a replicarme pero no
lo dejé terminar.-Ya me inventaré algo, además esto es mi culpa y mi padre
entenderá que este preocupada por él, por el chico que me ha salvado. Además
puedo ser muy cabezona cuando quiero y mi padre siempre cede a lo que le digo.
-¿No
te puedo hacer cambiar de idea? A Justin no le gustará que te quedes aquí,
querrá que estés segura y descansando en tu casa y no aquí preocupada por él.
Sabía
que Justin me dirá eso en cuanto estuviese consciente y me viese pero la verdad
es que me daba igual lo que dijese porque pienso quedarme.
-No
voy a irme Ryan y me da igual que me lo pidas tú, que me lo pida mi padre, que
me lo pida Justin o el mismo Dios.
Ryan
soltó una pequeña carcajada y yo no pude evitar sonreír con él, era nuestra forma de
deshacernos de los nervios acumulados y de la preocupación.
-Vale.
Ahora vayamos al segundo punto y más importante tenemos que ponernos de acuerdo
en que le vamos a decir a los médicos y a la policía, una herida de bala es
algo muy sospechoso y más si se trata de uno de los chicos de tu padre, así que
tenemos que decir algo que resulte convincente y que no nos meta en ningún
problema.-Asentí y le dejé que siguiera hablando.-Diremos que íbamos al centro
comercial cuando intentaron robarnos y Justin intentó pelear y se llevó el
disparo. He llamado a un amigo que se presentará como testigo.
-Va-vale…No
creo que me resulte muy difícil mentir, ya lo he hecho antes.
Después
de repasar varias veces la cuartada fuimos a la sala de espera, estábamos desesperados
porque saliera alguien a decirnos como estaban las cosas.
Ya llevábamos
allí una hora cuando un médico salió del quirófano, mi corazón empezó a bombear
sangre demasiado rápido a través de mis venas.
-Amigos
y familiares del Señor Bieber.-El doctor hablo muy calmado lo que me relajó no
parecía el tono que se utilizaba para dar malas noticias.-
Ryan
y yo nos levantamos de un salto y nos acercamos a paso rápido a donde se
encontraba el doctor.
-La
herida del Señor Bieber no ha sido muy grave pero ha perdido mucha sangre así
que hemos tenido que hacer una transfusión pero él está fuera de peligro, si
todo va bien en dos semanas podrá irse a casa.-El doctor nos dedicó una amplia
sonrisa.-
-¿Podemos
ir a verle?-Necesitaba verlo para creerme que de verdad estaba bien.-
-Ahora
mismo estará dormido por la anestesia pero pueden pasar a verlo siempre y cuando
lo hagan de uno en uno.
Ryan
y yo asentimos y el doctor desapareció por una puerta doble. Abracé a Ryan
contenta porque todo había salido bien.
Ryan
fue el primero en pasar a ver a Justin mientras yo esperaba a mi padre. Solo
tardó quince minutos en entrar en el hospital con dos de sus chicos que si mal
no recordaba se llamaban Peter y Daniel.
-¿Cómo
está?-Mi padre no presentaba ninguna expresión en su cara, a él le daba igual
si vivía o moría y eso me calentó la sangre de una manera…-
-Está
bien, fuera de peligro y en dos semanas puede volver a casa.-Mis palabras eran
frías y cortantes.-
-Vale,
entonces ya podemos volver a casa.
Mi
padre me agarró del brazo para sacarme de allí pero yo me aparté de un tirón.
Mi padre me miró sorprendido.
-Yo
me quedo, si él está aquí es por mi culpa.-Lo dije bastante claro.-
-Tú
te vienes a casa conmigo aquí no se te ha perdido nada.-Mi padre estaba
empezando a cabrearse.-
-No
y te recuerdo que soy igual de cabezona que mi madre y si tengo que volver a
amenazarte o decir que estabas tratando de llevarme a la fuerza a la policía
para quedarme lo haré y me importa un pepino que te enfades. Justin está en esa
cama con una herida de bala en el hombro por nuestra maldita culpa y si a ti no
te queda cargo de conciencia me da igual porque tú ya estás podrido pero yo no
soy tú y eso debería quedarte claro de una vez.
Mi
padre se encendió por la rabia, odiaba que se enfrentaran a él odiaba que yo
tomara mis propias decisiones y que fuese capaz de cualquier cosa para hacer lo
que me propusiese.
-Esto
no va a quedar así ____________ Moore, no vas a volver a tratar de manejarme
como te dé la gana porque la próxima vez que lo hagas no me importará que seas mi
hija.
Miró
a sus chicos y tras asentirles se largaron de allí dejándome con mi sensación
de victoria y con la adrenalina por las nubes.
Ryan
solo estuvo diez minutos más con Justin después de que se fuese mi padre.
-Ya
puedes pasar a verle.-Me dedicó una amplia sonrisa.-Más tarde me pasaré tengo
que hablar con tu padre.-Ryan se fue.-
Estaba
nerviosa, respiré profundamente y entré en la habitación de Justin.
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